domingo, 22 de noviembre de 2015

MAMÍFEROS MEXICANOS EN PELIGRO DE EXTINCIÓN


INTRODUCCIÓN

En México a comienzos del siglo XXI la mayoría de las especies mexicanas de mamíferos pueden considerarse en peligro de extinción, debido a la devastación de bosques, selvas, desiertos, arroyos, playas, mares, que aún sin intención, hemos destruido los hábitats de un gran número de especies.
La Norma oficial mexicana (NOM-059-2001-SEMARNAT) proporciona una lista de 295 especies y subespecies de mamíferos en alguna categoría de riesgo.
La extinción de estas especies ha sido atribuida a la destrucción de su habitad natural, cacería para la venta de pieles, venta ilegal de especies, hasta el envenenamiento y caza debido a la caza de otras especies como lo son de ganado ovino, bobino y equino.

DESARROLLO

Causas generales

Las causas de desaparición de las especies, podemos decir que en la mayoría de ellas se debe a la destrucción del hábitat en nuestro país.  México tiene influencia tanto del norte como del sur. Esto hace que se encuentre entre los cinco países megadiversos del planeta.
La cacería ilegal sigue siendo un grave problema: la falta de regulaciones efectivas e incentivos, propician que muchos pobladores salgan a cazar sin una regulación de temporada, época reproductiva. Es innegable que poco a poco ha habido un cambio, en parte por contar con leyes más estrictas como la ley de equilibrio ecológico, apoyadas por convenios internacionales como el Convenio Internacional de Comercio de Especies (CITES) o simplemente porque la defaunación ha hecho cada vez más difícil encontrar piezas.
La mayoría de las especies en peligro de extinción o amenazadas tienen esta condición porque sus hábitats específicos están desapareciendo. Para muchas de ellas esto se debe a que tienen en sí poblaciones pequeñas, adaptadas a condiciones muy particulares en la gran cantidad de microambientes que se forman en el territorio nacional, gracias a que éste se encuentra en una zona de transición sur-norte.

Grupos particulares 

La gran mayoría de los pequeños mamíferos ven en la destrucción de su hábitat la principal causa de su desaparición; sin embargo, es importante destacar dos grupos, que no son los más numerosos pero sí importantes por las interacciones que tienen con el ser humano y la poca atención que se les ha prestado en sus problemáticas de conservación: los mamíferos marinos y los grandes carnívoros.

Mamíferos marinos

En nuestro país están presentes prácticamente todas las familias de cetáceos, la súper familia Platanistoidea; la beluga y el narval, Monodontidae, y  la ballena franca enana, la única de la familia Neobalaenidae. En la familia Balanopteride (verdaderas ballenas) la NOM reconoce 7 especies, 6 de las cuales están bajo el régimen de protección especial y una en peligro; 18 miembros de la familia Delphnidae (delfines y orcas); 2 de la familia Keogidae (Cachalotes); 2 de la familia Phocoenidae (marsopas), entre ellas la vaquita marina, y, finalmente, 5 de la familia Zifinidae (ballenas picudas). En su gran mayoría de las especies de cetáceos usan las aguas mexicanas como lugar de procreación.
Los pinípedos habitan sobre todo en las costas de la península de Baja california, ven afectadas sus poblaciones por  la destrucción de sus hábitats, pues muchas de las playas se están transformado rápidamente en destinos turísticos, o bien se ven influenciados por éstos, por lo que los animales ya no encuentran en esas playas sitios a salvo para la procreación. La contaminación de los mares y las malas prácticas de pesca también son factores para la desaparición de estas especies. Dos miembros de la familia Otaridae, el lobo marino de california y la foca de Guadalupe, aparecen en la Norma, el primero bajo protección especial y el segundo, en peligro.

Los grandes carnívoros

México presenta una gama de carnívoros dentro de su mastofauna nativa. Tenemos varios representantes de los carnívoros, los cuales podemos dividir, arbitrariamente, en dos grupos: los pequeños carnívoros, dentro de los que encontramos a los zorrillos, las comadrejas, los cacomixtles. Éstos se encuentran en peligro de extinción, principalmente por la destrucción de su hábitat, o bien por la caza directa; sin embargo, en la mayoría de los casos estos animales tienen tasas de reproducción relativamente altas, que les permiten sobrevivir aún en zonas con alta presión humana, en pequeñas áreas naturales. Estos micro-carnívoros consumen en su mayoría insectos, aves, reptiles o algunos mamíferos de menor tamaño. Cuando llegan a tener interacción con el hombre, normalmente es porque consumen huevos, gallinas o pollos, ocasionando pérdidas económicas a los campesinos de escasos recursos económicos, aunque el daño no es importante en términos económicos.
El otro grupo de carnívoros importante en México es el de los denominados megacarnívoros o carnívoros de gran tamaño. Estos mega-carnívoros suelen tener mayor cantidad de encuentros con el hombre y su condición de consumidores de carne hace que frecuentemente esas interacciones entren  en el plano de los conflictos, ya que actúan en mayor grado con el ganado doméstico y muy escasamente causan la muerte directa de los seres humanos. Estos conflictos se ven incrementados en número e intensidad por la destrucción de los hábitats nativos y por la destrucción consecuente de las presas tradicionales de los mega depredadores, por lo que la caza ilegal (en ocasiones promovida por los gobiernos) ha sido un factor importante para que en la actualidad los grandes carnívoros mexicanos estén en gravísimo peligro de extinción, a pesar de que muchos de ellos deberían ser motivo de orgullo nacional.

Felinos

De los seis felinos silvestres (Cervantes et al. 2003)  que habitan el territorio nacional, el más conocido es el Jaguar (Panthera onca). Esta especie de origen tropical ha sido reconocida como el más poderoso de los depredadores, de ahí que los antiguos pueblos mesoamericanos dieran gran importancia a su presencia (Armella et al, en prensa). Este bello animal se distribuía en todas las zonas tropicales de México. Aunque actualmente se ha encontrado en todo el sureste, principalmente en Chiapas, Quintana Roo y Tabasco, se le ha localizado en estados del norte como Sinaloa, mientras que en el Golfo se han reportado jaguares casi hasta la frontera con Estados Unidos y es posible que entren en ese país.

El Puma (Felis concolor) es un felino que habita en los bosques del norte del país, de donde es originario, y ha migrado hasta el sur del continente. Es la única especie de los felinos que no aparece en la norma oficial bajo ninguna condición de riesgo. Para la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza, esta especie es considerada como de “ultima preocupación” (least concern), lo que quiere decir que no se encuentra en grave situación de conservación, debido principalmente a su amplio rango de distribución, aunque es importante hacer un seguimiento de sus poblaciones.
De los pequeños félidos el jaguarundi (Herpailurus jaguarundi) es la especie que se encuentra en mayor peligro de extinción. Es reconocida como amenazada, a  pesar de que como especie tiene una distribución que abarca el sur de estados Unidos (Texas, Arizona y Florida) y llega hasta el sur del continente. Por ser de tamaño pequeño su alimentación se restrinje a vertebrados chicos, y debido a sus hábitos de vida al interior de las selvas húmedas, es poca su interacción con el ser humano.
Los dos pequeños gatos manchados: el magray (Leopardos weddii) y el ocelote (Leopardus pardalis), están en la característica de en peligro. Estos animales, que no rebasan los 10 kg de peso, viven en las zonas selváticas, desde el sur del país hasta sudamerica. (Ceballos y Oliva, 2005)
El lince o gato montés (Lynx rufus) no aparece en la lista de la Norma ofical Mexicana. Su presencia en México suele ser confundida con los gatos ferales, gatos domésticos que por su tamaño y coloración abandonan el entorno humano para convertirse en silvestres. De ahí que existan pocos reportes sobre la especie, a pesar de no encontrarse “oficialmente” en peligro.

Osos

Otro grupo importante de grandes carnívoros es el de los osos. En México alguna vez habitaron las dos especies de grandes Ursidos Americanos: el Grisli (Ursus arctos) y el Oso Negro (Ursus americanus). El primero aparece en la NOM-059 con el estatus de extirpado del medio natural. En México no se conoce la presencia de esta especie desde los años sesenta del siglo XX (animalesextinción. es). La subespecie que habitaba en nuestro país era el Ursos arctos nelsoni, cuyas descripciones indican que era enorme, pues alcanzaba hasta 1.90 m de alto, parado en dos patas, y más de 300 kg de peso. La principal razón de su desaparición fue la cacería indiscriminada, aunada a su bajo potencial reproductivo. Por ser un carnívoro cazador se le atribuyó la destrucción de ganado en el norte de Mexico.
La especie que se mantiene en México es el Oso Negro. También es carnívoro y se sabe que puede cazar y depredar ganado. La mayoría de sus hábitos alimenticios incluyen bayas, frutos y varios vegetales, por lo que es percibido como una amenaza menor para la población humana.  Resulta interesante lo reportado por DoanCrider (2002), en el sentido de que ganaderos privados permitieron la presencia de osos en sus ranchos. Al unir sus tierras crearon una superficie lo suficientemente amplia para que esta especie se reproduzca e, incluso, sirva de apoyo genético a las poblaciones del Parque Big Bend, en Texas.  Es por esto que la NOM-059 resalta el valor específico de esta población.

Cánidos

La familia de los cánidos es la tercera de los grandes depredadores. Cervantes et al. reconocen cuatro especies de esta familia: el coyote (Canis latrans) y la zorra gris (Urocyon cineroargentatus) no están considerados en peligro por la NOM-059-2001. Son especies muy adaptables y esquivas, con altos potenciales reproductivos y omnívoros, por lo que pueden comer prácticamente lo que sea. Dos especies más de la familia cánide sí aparecen en la Norma: la zorra del desierto (Vulpes velox), de la cual se reportan 6 subespecies, todas bajo el criterio de amenazadas. Su distribución reducida, tamaño pequeño y hábitat específico, hacen que esta especie esté en peligro de extinción. El lobo mexicano es el último de los grandes carnívoros que está considerado por la NOM059 como extirpado del medio natural. Los últimos ejemplares de que se tenga evidencia científica, fueron capturados a finales de la década de los setenta en Durango y Chihuaha. Desde entonces los escasos reportes de aullidos o avistamientos no han podido ser comprobados.
El lobo, como ninguna otra especie de mamífero, fue perseguido, cazado, envenenado y exterminado en México, principalmente por la depredación que causó esta muy adaptable especie sobre el ganado ovino, vacuno y caballar, además de ser la causante, como se le atribuyó, de la diseminación de la rabia entre los perros domésticos (González et al. 2004). Los esfuerzos por su recuperación se vuelven todavía más importantes ante el cambio de actitud para reconocer que su desaparición, como la de cualquier otra especie, es una pérdida irremediable, mientras que los programas para recuperar ésta se hacen necesarios. 

CONCLUSIÓN

La deforestación las habitad naturales de estos animales han propiciado a la extinción otros más han tenido que ser protegidos en reservas naturales, zoológicos teniendo a estos en cautiverio. La ambición del hombre por el lujo, la caza ha encaminado a muchas de estas especies a la extinción.
La poca regulación y control de las normas para la protección de especies en peligro de extinción provocan la burla de personas que se dedican a la venta ilegal de estas especies, no nos damos cuenta las afectaciones que sufren los ecosistemas a consecuencia de la ausencia de una especie, nuestros sistemas no están logrando el equilibrio ecológico.